Monday, February 06, 2006

El Nacionalismo del Siglo XXI y la Globalización, Capitulo XIX -Un Propuesta Distinta, El Caso Chileno

Capitulo XIX – Un Paréntesis, la Propuesta Contraria en Latinoamérica al Proteccionismo Estatal de Izquierda

Paralelamente a los modelos nacionalistas de izquierda, o en algunos casos socialismos moderados en el área de los andes, en un país se sigue un modelo “impulso de desarrollo capitalista” Chile tomando conciencia de un desarrollo basado en el ideal de la Nación Chilena (por cierto luego de una sangrienta y cuestionable represión al intento de socializar la economía), si bien este desarrollo fue potenciado por los financistas externos (anglo-americanos) y en muchos casos se cuestiona la apropiación de los recursos fundamentales como el agua tan escasa y vital para su desarrollo, por los conglomerados extranjeros y el continuo choque entre la gran empresa transnacional y la empresa pequeña local, es también importante anotar las singulares características de desarrollo agropecuario presentadas con industrialización de su producción vinícola y frutícola, orientada al mercado de exportación, una formación continua de elites propias de empresarios privados y técnicos estatales calificados, con visión de mercado global orientado a expandir sus exportaciones. Un desarrollo tecnificado con apertura a la inversión foránea en algunos casos cuestionada pero compensada con medidas inteligentes de promoción de la industria y agro nacional, si bien la minería es fundamental y corresponde a la mayor parte de sus ingresos, esta es “estatal”, administrada técnicamente, como recurso estratégico generando recursos destinados al desarrollo e inversión social orientada a facilitar la educación privada y de calidad a los pobres con la finalidad de promover el ascenso social.
Este o es posible porque los “administradores” del territorio son parte de una élite empresarial con raíces nacionales, consciente de su misión, y de la necesidad de lidiar en el mercado global buscando nichos donde sean competitivos. Estos empresarios, no solo velan por sus intereses sino por los del conjunto nacional, negociando sin entreguismos descarados de recursos los financiamientos y entrada a nuevos mercados. Esta mixtura de apertura a inversiones y consciencia nacional (protección de los propio) permite un crecimiento continuo, y con un gran potencial de desarrollo al abrir vía tratados de libre comercio en condiciones auspiciosas y de apertura gradual de modo que permita ajustarse al cambio a las empresas locales, nuevos mercados alternativos como el Chino donde la capacidad de producción agropecuaria tendría un enorme y libre mercado. Por tanto el camino al desarrollo estaría garantizado.
Aún cuando se sabe que el origen de esta “revolución capitalista”, se dio impulsada por entidades financieras y políticas extranjeras la cual le dio facilidades iniciales para el despegue al igual que los países “tigres asiáticos” y “países europeos post-guerra”, que apoyaron a los grupos de poder empresarial. Cabe indicar que este impulso se hubiera desvanecido si este grupo no hubiera tomado conciencia nacional y fomentado la inversión local en desarrollo de mercado interno destinado a empresas de capitales mixtos y no hubiera fomentando la formación de empresas locales descentralizadas con apoyo técnico y económico, además del fortalecimiento de la industria agropecuaria (frutícola y vinícola) )y pesquera (piscigranjas), esto con la base de financiamiento del consumo local produjo un circulo virtuoso de desarrollo.
Es por cierto notable destacar que existen vicios pendientes de solución producto del desarrollo, como la migración del aquellas regiones donde el desarrollo aún no llega a la ciudad, lo cual deja sin sus mejores elementos a los empresarios agropecuarios (un campo cada vez mas tecnificado), esto en mayor medida producto de los atractivos sueldos y beneficios que ofrece la ciudad donde las empresas extranjeras requieren personal calificado para manejar la complejidad regional (muchas empresas extranjeras tienen sus centros regionales de competencia en la ciudad) estas empresas requieren personal técnico y administrativo y se están organizando en las “ciudades empresariales” que son zonas aledañas a la ciudad donde se establecen los centros empresariales de control empresarial regional. Surge así una problemática de educación y fomento a mantener a los elementos calificados en el desarrollo agropecuario. Ante esto las políticas de descentralización serán un tema futuro clave de discusión.
Se debe prever que con el enorme impulso y especialización requerido para el desarrollo agropecuario en los territorios rurales (producto de la apertura del mercado Chino), la migración se vea contenida y quizás revertida dado que gradualmente los ingresos de exportación agropecuarios industrializados dejaran rezagados los ingresos de exportación minera. Y en la medida que los polos de desarrollo tecnificados sean descentralizados. Por ahora los bolsones de pobreza constituyen un problema presentado en todas las ciudades industriales.
Aún cuando existe una conciencia nacional, debe revisarse el tema étnico, aún cuando estas son muy reducidas en comparación a los países andinos, estas esperan su participación e integración en la economía, los proyectos de autogestión y fomento turístico son insuficientes hoy en día.
Puede entenderse este desarrollo capitalista como una mezcla de inversión del financista externo con una conciencia de generación de valor por parte de los empresarios y tecnócratas nacionales, con apoyo de la población. Con “administradores” conscientes de la necesidad de la protección de sus recursos estratégicos y con capacidad de negociación y gestión, esta conciencia hace que los ciudadanos no permitan que esta visión se desvíe o pervierta por algún grupo de poder. No se trata de administradores interventores externos “tecnócratas”, ni aristócratas coloniales corruptos y rancios, menos aún mercantilistas y especuladores disfrazados de empresarios capitalistas que forman negocios cerrados y familiares (dueños de financieras locales) cuya única forma de hacer negocios es vía normas legales para mantener mercados cautivos, asegurar un margen de ganancia indecoroso, y sacar sus capitales del país debido a que no se consideran parte de la nación mestiza que predican (es mas repudian a la nación mestiza de los territorios andinos).
En suma puedo resumir que el modelo de nación-estado Chileno, se basa en una conciencia de necesidad de generación de “valor” entendido como la capacidad de generar riquezas en el tiempo y no coyunturalmente, con la finalidad de lograr una continua expansión del mercado de exportación en condiciones competitivas; la aplicación de una visión de “Empresa”, con recursos limitados, que busca crecer exportando y buscando competitividad. Aún cuando pueda caer en crisis temporales la gestión de la crisis es llevada de acuerdo a los intereses de los dueños de esta.
Una visión distinta que en las otras ex-colonias españolas, donde esta “Empresa” es vista como la gestión de una “empresa quebrada e intervenida” en la cual los “administradores” los cuales olvidan que son meros funcionarios y servidores de sus accionistas, ante su incapacidad, falta de liderazgo y tendencia a corromperse (lumpem) y en complicidad con financistas externos “acreedores” saquean los recursos cada vez mas escasos que por origen e identificación no les pertenecen, dado que provienen de “naciones étnicas secuestradas” y excluidas; al olvidar que los recursos de la empresa son de los accionistas y por tanto su capacidad de generar valor en el futuro, comprometen el destino de sus habitantes. “esta nefasta gestión de empresa” ha sido llevada desde que la empresa logró su “independencia” de la empresa matriz.

Fuera de las rivalidades históricas entre las naciones andinas y amazónicas con la realidad de la nación del sur, cabe resaltar el esfuerzo realizado para lograr un desarrollo interno con una fuerte identidad nacional de sus clase dirigente; la moraleja nos indica que el nacionalismo (recursos estratégicos del estado) no es contrario e incompatible con la apertura económica al mercado internacional, pero debe ser manejado coherentemente; sin embargo debemos anotar que la experiencia explicada corresponde a una realidad social, étnica y política distinta, donde se dieron las condiciones necesarias y apoyo político y financiero externo.

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