Monday, February 27, 2006

El Nacionalismo del Siglo XXI y la Globalizaciòn, Capitulo XVIII - La Oportunidad Perdida y las Barreras a la Competitividad

Capitulo XVIII – La Oportunidad Perdida, la Supervivencia de los Ineficientes Financistas y Empresarios Locales de Antaño, La Barrera a la Competitividad

La privatización no solo se dio como apertura solo a capitales extranjeros; los capitales financieros internos de los sectores formales (Las familias criollas rezagos de la colonia y los gobiernos tecnócratas de los intentos de industrializar el país para sus intereses); siempre ligados al poder de turno sea “pseudo-socialista” o “terrateniente” ahora también exigían participar de la “expropiación”; estos financistas controlaban las fuerzas armadas, y las financieras internas; amoldaron la “liberalización”; para evitar la fuga de pequeños capitales (pobladores y mediana y pequeña empresa) y permitir la libre circulación del gran capital. “un liberalismo falso e interesado”. La receta de negocios para las financieras era concentrarse a través de fusiones y eliminación de la competencia por acción estatal (por ejemplo la eliminación de las financieras informales) para ingresar acompañados del inversionista extranjero en el proceso “privatizador”; el “aporte estratégico” al capitalista extranjero sería el conocimiento del “mercado interno” (mercado formal y concentrado en las ciudades), la fuerza militar que realmente estaba en sus manos; y la “compra” de políticos que finalmente eran representantes de estos empresarios en la dación de normas para garantizar las inversiones y protegerlas de nuevos integrantes. Cualquiera que estudia la competitividad de las empresas y como estas logran éxito en el mercado internacional sabe que la restricción de “nuevos participantes” es lo más contraproducente al final; porque deteriora y distorsiona la capacidad y necesidad de generar “valor”.


¿Acaso no son estos mismos empresarios y financistas los mismos del intento de industrialización sobre la base de sustitución de importaciones y protección de la industria nacional, acaso los mismos apellidos y familias no son los mismos de siempre?; un viejo dicho ajedrecístico indica que “basta jugar un par de veces con un ajedrecista para conocer su estilo, mientras mayor sea no cambiará su estilo”. Esto explica las mismas recetas internas y su incapacidad de “cambiar de rumbo”.

Es un pacto entre los que tienen “secuestrado” el territorio ajeno; con los que vienen a “comprar a precio de remate los recursos”; es un pacto sumamente beneficioso para ambos porque se reparten las ganancias y gozan de las exoneraciones, de las leyes a favor de sus negocios; que eliminan la competencia a través de trabas e incluso de monopolios consentidos por ley. En suma un “proceso liberalizador y privatizador de corte capitalista que permite acumular rápidamente capital”; pero en pocos actores que siempre han tenido secuestrado el territorio que no les pertenece ni sienten como suyo y rechazan sistemáticamente. Las entidades financieras nacionales exigieron liberar las tasas de interés; para poder “acumular” rápidamente sus colocaciones; así como restringir la capacidad de financiamiento en el exterior (Mercado Interno Financiero Cautivo); eso solo estaba permitido al gran capital; significando una muestra más de la incoherencia entre los propuesto y el mensaje (Falsos Liberales). Como no hay “lonche gratis”, el costo de este nefasto pacto lo pagaron los empresarios pequeños y medianos que podían incursionar en negocios de punta con poca inversión como el “desarrollo del mercado de Internet”, pero que no encontraban financiamiento y trabas burocráticas que cerraban esos negocios a unos pocos “grandes empresarios”; Estos empresarios no obtenían financiamiento dado que la viabilidad era estudiada por las financieras internas que solo financiaban a sus empresas allegadas o familiares; a estos a un costo de capital preferente y a los externos a su circulo a un costo de capital expropiador; es así que un negocio que tiene una rentabilidad de 45% anual, se ve afectado con 30% de renta anual y un 15% en algunos casos por costos financieros; en suma un negocio inviable desalentando el espíritu empresarial. Esto es lo que se llama un “capitalismo cerrado y concentrado”; el cierre de las financieras informales que nutrían a los empresarios formales pequeños y medianos; dejó como único medio de financiamiento posible a las empresa formales a “empresas coludidas en sacarlos del mercado”.

Las consecuencias de esto fue el quiebre e inviabilidad de los negocios internos nuevos de una nueva clase empresarial joven en ese “nuevo país abierto al mundo”. La bonanza de empresas “informales”, tan admiradas por los “iluminados”; el florecimiento del contrabando y los grandes conglomerados (Partes de computadora, textiles) cuya fuentes oscuras de financiamientos encuentran su origen en actividades de lavado de dinero, se hicieron la “receta general de éxito” de salida al empresario nacional. Como hemos visto se favoreció la “lumpenización” del mercado como nunca antes; la aparición de mafias poderosas de lavado de dinero es la prueba contundente. El otro afectado a pagar “el lonche, que beneficiaba al financista interno con el inversionista extranjero”; era el trabajador que no veía solución al sub-empleo; es mas este se incrementaba y se volvía el modelo a seguir.

La falta de regulación a abusos financieros, la protección normativa y legal a la “usura” de estos financistas internos les permitió participar del “negocio privatizador”, a través de acciones en servicios públicos pero principalmente en la privatización del “mercado de pensiones”; grandes ganancias con poca inversión, donde el pago del trabajador formal era obligatorio (y se restringía el mercado solo a unos pocos); Esta mala aplicación de la receta fue la más nefasta de todas; no solo porque no era obligatoria; sino que era necesaria para conservar el poder interno y la estabilidad militar (evitar golpes de estado); Finalmente los rezagos de aristócratas y nuevos tecnócratas internos no iban a permitir seguir una receta sin participar del “botín del saqueo”; ese es su perfil histórico y su papel a lo largo de la historia como lo he indicado líneas arriba; administraban el territorio manteniéndolo “gobernable”, se apoderaban del mercado al que controlaban según la coyuntura, y ahora participaban de la “liquidación del país”.

Al igual que el capitalista financiero internacional; el financista no tiene interés alguno en fomentar el desarrollo sino en acumular rápidamente en condiciones seguras y favorables (capitalismo asimétrico), ese es su juego de negocios; mientras sea coherente será exitoso en el mercado internacional, sino no solo sobrevivirá pidiendo protección y usando la fuerza para amedrentar al territorio de “naciones secuestradas ajenas a el”. Por tanto estos financistas internos no deben estar cohesionados con los “inversionistas”; no porque no sea justo para la competencia, sino para evitar distorsiones que impliquen malas inversiones; si esto no se da como se da en el Perú mestizo se ha venido dando, el resultado es previsible, ganancias de corto plazo “descreme del mercado”, eliminación por ley de la competencia, restricción de entrada de nuevos participantes. Pero a la larga en un mercado “abierto al gran capital”; lo hace presa de los “peces grandes” ante los que no puede demostrar competitividad ni eficiencia siquiera para ofrecer alianzas estratégicas, simplemente son “barridos” al eliminarse las restricciones de ingreso.

El comprometer la “generación de valor” restringiendo competencia es causa de muerte de las empresas en un entorno internacional (donde las empresas peruanas no tienen capacidad de negociación).

Estas nuevas oportunidades para inversionistas extranjeros estaban ahora generadas por la “privatización de fondos de pensiones”, que generaban capital interno disponible indicador de mayores recursos disponibles para consumo; El microfinanciamiento al consumo interno “créditos personales” sería el objetivo sobre una gran mas poblacional en las ciudades mestizas. Es así que poco a poco las financieras internacionales han ido irrumpiendo en el mercado desplazando a las locales; igualmente las empresas industriales para consumo interno también fueron arrasadas por las representantes de corporaciones originando desempleo en las ciudades. Pero aprovechando el mercado de consumo. Este crecimiento propició el crecimiento de personas dedicadas a servicios financieros.

El shock hubiera sido coherente con las aspiraciones de la población y del empresariado, si a la par de un cierre del gasto fiscal hubiera comprometido con firmeza el apoyo al empresariado nacional pequeño y mediano, a través de créditos de desarrollo de capital extranjero eliminando del mercado a los empresarios y financieras nacionales que solo pueden vivir en mercados protegidos; exonerando de impuestos a la pequeña y mediana empresa por periodos graduales; en suma un derrocamiento de la “realeza financiera y empresarial nacional ineficiente y que no aporta valor” y el fomento del empresariado pujante. “una revolución del pequeño y mediano capital”; lo cual es aún posible pero que consideraría un nuevo shock de dimensiones históricas.

Aca otra vez recalcamos la diferente posición de otras naciones que tuvieron mayor visión y menores vicios internos que permitieron dar mercado a los pequeños y medianos con firme apoyo a la competitividad y no a un pequeño grupo concentrado. Quien sabe de negocios entiende que no pueden haber beneficios obscenos a unos en detrimento de otros participantes del juego de negocios, porque sino no funciona el libre mercado y menos en un mercado tan reducido como el local; la información imperfecta es un gran vicio, el acceso a esta solo está reservada a unos pocos empresarios ligados al financiamiento local.

El castigo al financiamiento y empresariado nacional se prueba por la desaparición casi total de dueños de grandes empresas locales; las mismas financieras poco a poco van pasando a manos del capital extranjero que ahora ven al mercado generado por el crecimiento del consumo interno “mas puestos de trabajo con bajos salarios” y una influencia mayor en una cultura de consumo occidental, que privilegia el consumo de gustos uniformes para vender a escala (cultura universal). Este mercado de consumo creciente por las importaciones a menor costo, por la mayor masa laboral. Permite hacer rentable financiar este consumo y movimiento comercial (microfinanzas).

La falta de coherencia entre lo que deben hacer, lo que “predican” y lo que hacen realmente hacen los capitalistas locales que mezclan financiamiento e inversión, es muestra clara que no pueden “cambiar de rumbo”, que solo pueden convivir en “entornos que protejan sus feudos”, dado que su interés está muy arraigado y opuesto totalmente a los intereses de las “naciones secuestradas”; conviven con políticos tradicionales a quienes financian y militares mestizos que protegen sus intereses muchas veces familiares. Este “pacto histórico” que como hemos visto desde la “independencia” se ha dado, es muestra clara que no “pueden administrar” el territorio ajeno, su legado no existe aún para la etnia mestiza costeña, porque solo conlleva a no tener futuro; porque incluso en el proceso de “liquidación” .lo administran incoherentemente agravando el drama; el permitir que sigan siquiera presentes en la política nacional es hipotecar el futuro y ser cómplices de ellos.

El fenómeno no es solo aplicable al Perú sino también a los demás países de las regiones andinas y amazónicas (Ecuador, Bolivia); las prebendas, la compra de conciencias, desde los sectores más altos de estado generan un Estado Corrupto, que sirve a ciertos intereses; una vez más la concentración de la corrupción se dio en los niveles más altos del poder; protegidos por los altos mandos militares “la mafia montesinista”. Esta corrupción no era una novedad, siempre existió y el pacto eterno entre Gobernantes, Militares y Empresarios Locales se evidenció en los llamados “vladivideos”, que son un aporte importante para registrar y tener luces de quienes tienen “secuestrado” el territorio.

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